¡Siempre es personal!

«Si no entiendes a las personas, no entiendes el negocio». Simon Sinek

Cuando escucho a la gente decir, en reuniones de negocio o sesiones de trabajo, la frase: «No lo tomes de manera personal«, en mi interior una voz responde: ¡Siempre es personal!.

Una de las primeras veces que lo escuché fue hace un poco más de dos décadas, cuando iniciaba mis primeros pasos en el mundo retador de las Relaciones Públicas. Lo dijo en su discurso de presentación una colega a la que venía conociendo. Así tal cual: «Mi nombre es Fulanita, usualmente no tengo tiempo para conversar y soy muy directa, si te ofendo, no lo tomes personal”.

En cierta forma, hacía bien en advertirle a la gente esto, porque en verdad Fulanita (nombre ficticio) tenía una forma de ser fría y distante, seguramente por el maltrato de la vida, que la hacía decir palabras hirientes, las cuales a pesar de su advertencia, no dejaban de ser desconsideradas para los demás.

Había olvidado esta frase, hasta que hace algunos meses, alguien en una reunión al presentarse lo volvió a decir y entonces, volvió a mí la misma reacción: ¡Siempre es personal!. La razón es muy simple, somos personas que interactuamos con otras personas, no importa el contexto, tenemos las mismas características emocionales y racionales que mueven nuestros pensamientos y acciones. Por más que intentemos escudarnos para defendernos del sentir, nada lo puede evitar. 

Simon Sinek, escritor y motivador inglés, lo dijo muy simple en sus redes sociales, «el 100% de los empleados son personas, el 100% de los clientes son personas, el 100% de los inversionistas son personas. Si no entiendes a las personas, no entiendes el negocio». Es una ecuación simple y cuando se interioriza, se logra que los compañeros de trabajo se conviertan en equipos, los clientes y proveedores pasan de ser relaciones meramente contractuales a círculos de confianza y el trabajo no es un sacrificio, es una oportunidad. Pero eso solo es posible cuando nos ponemos en el zapato del otro, cuando su dolor nos importa y hacemos un pequeño aporte para aliviarlo.

El tono, el modo y la forma importan.

¡Siempre es personal! Cuando le explico a una compañera o compañero de trabajo algo que para mí es rutinario pero que para él o ella es aún difícil de aplicar, cuando presento a un cliente un proyecto que me apasiona pero la persona que está al frente nunca lo ha visto, cuando algún superior delega su confianza en mí y me permite volar o simplemente cuando pienso las palabras antes de decirlas. No estoy hablando de soltar todo lo que está en su mente, estoy hablando de que genuinamente le importe el que tiene al frente.

Yo siempre lo tomo personal porque obedece a un propósito consciente de impactar al otro y aunque a veces lo olvidamos ¡Yo misma lo he olvidado varias veces!, los resultados siempre me han traído réditos. ¡Haga la prueba!

Autora: Gabriela Piedra (Vicepresidenta Senior)

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